“There are many things from which I might have derived good, by which I have not profited, I dare say,' [...] 'Christmas among the rest. But I am sure I have always thought of Christmas time, when it has come round [...] as a good time; a kind, forgiving, charitable, pleasant time; the only time I know of, in the long calendar of the year, when men and women seem by one consent to open their shut-up hearts freely, and to think of people below them as if they really were fellow-passengers to the grave, and not another race of creatures bound on other journeys. And therefore, though it has never put a scrap of gold or silver in my pocket, I believe that it has done me good, and will do me good [...]! ”
― Charles Dickens, A Christmas Carol
Ya está. El pavo -del tamaño de mi sobrino- está marinando en vino blanco y hierbas. El relleno está esperando listo a ser introducido de manera muy poco digna en el pavo. Las galletitas de jengibre están hechas, el árbol decorado, los regalos envueltos. Monsieur M. ha paleado la abundante nieve que nos ha caído aquí en los Laurentides para abrir un caminillo hasta la puerta principal de Muffin Manor. Quedan exámenes por corregir, pero pueden esperar hasta después de Navidad. La limpieza no está hecha, pero en mi opinión limpiar antes de recibir a la horda familiar es tan inútil como absurdo. Prefiero servirles abundante vino caliente con canela y ponche de huevo con ron, ambos disimulan las pelusas de manera asombrosa. ¿Qué me queda por hacer? Pues mil cosas. El blog está entre ellas. Mi historia culinario-policiaca por entregas. Y mis recetas de temporada. Y mi ya casi tradicional cuento de Navidad, que se ha quedado en borrador. Lo realmente importante en estos momentos es que la vida no se nos quede sólo en un borrador, absortos delante de una pantalla. Y pasar tiempo con la gente que queremos, comer cosas ricas, abrazar a los amigos, besar a nuestras parejas, jugar con los sobrinos, achuchar a los padres y a los hijos, rascar a los gatos. Esas cosas. Y poder seguir haciéndolo este año que va a comenzar. Y muchos otros, si es posible.
― Charles Dickens, A Christmas Carol
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Ya está. El pavo -del tamaño de mi sobrino- está marinando en vino blanco y hierbas. El relleno está esperando listo a ser introducido de manera muy poco digna en el pavo. Las galletitas de jengibre están hechas, el árbol decorado, los regalos envueltos. Monsieur M. ha paleado la abundante nieve que nos ha caído aquí en los Laurentides para abrir un caminillo hasta la puerta principal de Muffin Manor. Quedan exámenes por corregir, pero pueden esperar hasta después de Navidad. La limpieza no está hecha, pero en mi opinión limpiar antes de recibir a la horda familiar es tan inútil como absurdo. Prefiero servirles abundante vino caliente con canela y ponche de huevo con ron, ambos disimulan las pelusas de manera asombrosa. ¿Qué me queda por hacer? Pues mil cosas. El blog está entre ellas. Mi historia culinario-policiaca por entregas. Y mis recetas de temporada. Y mi ya casi tradicional cuento de Navidad, que se ha quedado en borrador. Lo realmente importante en estos momentos es que la vida no se nos quede sólo en un borrador, absortos delante de una pantalla. Y pasar tiempo con la gente que queremos, comer cosas ricas, abrazar a los amigos, besar a nuestras parejas, jugar con los sobrinos, achuchar a los padres y a los hijos, rascar a los gatos. Esas cosas. Y poder seguir haciéndolo este año que va a comenzar. Y muchos otros, si es posible.
Se os echa de menos. Para el 2013, y todos los años por venir, os deseo que lo urgente no os haga olvidar lo importante, como dice Marona. Un abrazo virtual a todos. Ahora id a dar a alguien uno real.
Yo también te echo de menos...disfruta de estos días...feliz Navidad y lo mejor de lo mejor para el 2013.beeesos
ResponderEliminar*por cierto mi sobrina ya esta en Toronto, mañana la veré porque para Navidad a venido...se que esta encantada de la vida....a ver que nos cuenta...
Mis mejores deseos para todos. La idea del vino con canela me la apunto... soy de la Sociedad Protectora de Pelusas.
ResponderEliminarUn besuco.
Felices fiestas, disfruta de muchos abrazos reales, y como dice "DispersaDesastre" de la Sociedad de las pelusas, también me apunto al vino con canela.
ResponderEliminarAbrazos,
Querida Arancha, mi hermana y yo llevamos un par de años leyendo tus entradas navideñas, ¡¡nos encantan!!
ResponderEliminarEl espíritu, el buen humor y la alegria que emanan a pesar de todo, y pese a todo.
Por eso tras un repaso por las felicitaciones navideñas de otros blogs sólo podemos agradecer la tuya, y te enviamos de vuelta un abrazo y nuestros mejores deseos para el Año Nuevo.
Un besazo, Luz y Almu
Yo también te deseo unas muy felices Navidades con pelusas borrachas, confirmo que limpiar antes de recibir a 20 y la madre es bastante estúpido pero ahí está el espíritu de la mía (mi madre) flotando en cada esquina y llamándome "guarra" por lo bajini... ay, qué cruz. A estas alturas ya habréis dado buena cuenta del pobre pavo matado y humillado y os habréis besado y abrazado al calor del ponche, así que te deseo un felicísimo 2013 aunque no te conozca. Pero compartimos destierro (voluntario) en tierras nórdicas y nevadas y eso, quieras que no, une un poco. Besos alemanes.
ResponderEliminarFelices fiestas para ti también, espero que este año que empieza en breve sea al menos como el que está a punto de acabar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vicent.
Felices fiestas y mejor 2013!
ResponderEliminarun abrazo virtual que espero que te llegue y notes el calorcito!
besazos
Disfruta de la compañia, y Feliz año 2013 para ti, y para todos los que nos pasamos por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Joyeuses Fêtes (un peu en retard) Arantza!
ResponderEliminarAnnie