Una de las cosas entre las muchas que mis amables lectores me reprochan a menudo es que en este blog hablo demasiado de sexo. Claro, ellos se esperan un blog de cocina, con recetas que funcionen y tiempos de horneado correctos, y se encuentran con posts en los que cuarentonas desatadas se echan amantes casi menores de edad, en los que se comentan desviaciones sexuales zen, y vaya usted a saber cuántas inconveniencias más.
Mi Santa Madre ya me lo dice por teléfono: “yo ya casi no te leo hija, que hablas mucho de seso”. A mí me hace ilusión cuando me dice esas cosas, pensando en que encuentra mi estilo demasiado sesudo y herméticamente intelectual, hasta que me doy cuenta de que le están ajustando la dentadura nueva y me habla sin los dientes de arriba, por eso le patinan las equis. En fin.
Ahora que lo pienso, Estoico Hermano tampoco me lee mucho, salvo cuando las alertas de Google le advierten de que aparece él en el post. Pero él no lo hace porque tenga nada contra el sexo (me consta que no, se las ha arreglado para hacer dos sobrinos), él lo que tiene es más bien un rechazo natural a leer sobre el sexo que pueda practicar su hermana con quien sea. Cosa que me parece harto natural e incluso de buen tono. Pero que me limita bastante el número de lectores, porque por la misma razón no recomienda mi blog a su grupo de amigotes.
Y ahí no terminan las críticas que recibo, no, –a mí es que me preocupan bastante las críticas, porque yo me doy mucho a mi público, como dice Céline todo el tiempo- : hay gente que me escribe quejándose de lo contrario. Que hay demasiadas recetas y demasiado texto sugerente, pero que al final la sangre nunca llega al río. Y que tanto erotismo de anticipación y tanto dejar que la imaginación haga el resto los tiene aburridos (y aburridas, que hay mucha golfa suelta por ahí que me lee), que para eso se leen la serie “Twilight” y se excitan como mormones. O mormonas, que rima con hormonas. Que me lance y me desboque, y que venga ese sexo (con equis) explícito. Más sexo y menos seso.
Así que como yo me doy mucho a mi público (es que he visto un documental sobre Céline en TVA mientras hacía un gazpachito, y he aprendido un montón, para que luego digan que la tele en Quebec no es educativa), he pensado en escribir un post dándole lo que me pide. Una entrada ideal para mi pública, digo público, si me oriento por las peticiones que recibo, consistiría en una receta de cocina como Dios manda, en la que no mencionaría para nada el sexo, seguida de unas descripciones francas y detalladas de coitos desenfrenados, sin ninguna alusión a la cocina. Déjenme un poco de tiempo para que lo medite, queridos lectores. Algo inventaré.
Entretanto, monsieur M. se queja también, como no podía ser menos. Y ni siquiera tiene motivos, porque él no lee tres cuartos de lo que escribo. Él me dice que me quiere, y que me encuentra simpática –después del primer café del día- y mona, y creativa, pero que la vida es muy corta como para leer frivolidades: a él lo que le va es el libro tibetano de los muertos, todo lo que pueda parir el Dalai Lama y “El poder del ahora”. Bueno, a veces hace concesiones a Harry Potter, a escondidas, pero cuando lo pillo me dice muy serio que se lee la versión traducida al castellano para no olvidar el idioma. Ahora que lo pienso, tampoco se ha leído mi tesina, que sin duda un día revolucionará el mundo de la lingüística, y eso que la escribí en francés. Yo sospecho que lo que escribo no le gusta. Por eso me desfogo en este blog, y digo todo tipo de vulgaridades. Pero luego viene gente de su oficina que sé que me lee, porque han tomado cursos de castellano y me han comentado que lo que escribo yo “es simple y facilón y no cuesta leerlo, y así practican” (igual debería ofenderme), y se lo chivan todo.
Y claro, con esas traducciones que le hacen de segundo de la escuela de idiomas, todo da lugar a malentendidos. Por eso me viene a casa todo sofocado, y lanza un “¡que me dicen en la oficina que en el blog has contado que estás insatisfecha de tu vida sexual conmigo!”. Y yo tengo que andar sacando los extintores y apagando incendios conyugales. Y explicándole que el hecho de que yo cuente en el blog que el sexo tántrico es un noble ideal, pero que a veces un pañuelito y unas esposas (no me refiero a otras señoras, hablo de las de metal) no sé yo, pues como que tampoco vienen mal, eso no quiere decir que esté insatisfecha de nuestra vida sexual, y que tampoco lo cuento todo. No lo suficiente, según los diez últimos correos que he recibido.
Y ahí no terminan las críticas que recibo, no, –a mí es que me preocupan bastante las críticas, porque yo me doy mucho a mi público, como dice Céline todo el tiempo- : hay gente que me escribe quejándose de lo contrario. Que hay demasiadas recetas y demasiado texto sugerente, pero que al final la sangre nunca llega al río. Y que tanto erotismo de anticipación y tanto dejar que la imaginación haga el resto los tiene aburridos (y aburridas, que hay mucha golfa suelta por ahí que me lee), que para eso se leen la serie “Twilight” y se excitan como mormones. O mormonas, que rima con hormonas. Que me lance y me desboque, y que venga ese sexo (con equis) explícito. Más sexo y menos seso.
Así que como yo me doy mucho a mi público (es que he visto un documental sobre Céline en TVA mientras hacía un gazpachito, y he aprendido un montón, para que luego digan que la tele en Quebec no es educativa), he pensado en escribir un post dándole lo que me pide. Una entrada ideal para mi pública, digo público, si me oriento por las peticiones que recibo, consistiría en una receta de cocina como Dios manda, en la que no mencionaría para nada el sexo, seguida de unas descripciones francas y detalladas de coitos desenfrenados, sin ninguna alusión a la cocina. Déjenme un poco de tiempo para que lo medite, queridos lectores. Algo inventaré.
Entretanto, monsieur M. se queja también, como no podía ser menos. Y ni siquiera tiene motivos, porque él no lee tres cuartos de lo que escribo. Él me dice que me quiere, y que me encuentra simpática –después del primer café del día- y mona, y creativa, pero que la vida es muy corta como para leer frivolidades: a él lo que le va es el libro tibetano de los muertos, todo lo que pueda parir el Dalai Lama y “El poder del ahora”. Bueno, a veces hace concesiones a Harry Potter, a escondidas, pero cuando lo pillo me dice muy serio que se lee la versión traducida al castellano para no olvidar el idioma. Ahora que lo pienso, tampoco se ha leído mi tesina, que sin duda un día revolucionará el mundo de la lingüística, y eso que la escribí en francés. Yo sospecho que lo que escribo no le gusta. Por eso me desfogo en este blog, y digo todo tipo de vulgaridades. Pero luego viene gente de su oficina que sé que me lee, porque han tomado cursos de castellano y me han comentado que lo que escribo yo “es simple y facilón y no cuesta leerlo, y así practican” (igual debería ofenderme), y se lo chivan todo.
Y claro, con esas traducciones que le hacen de segundo de la escuela de idiomas, todo da lugar a malentendidos. Por eso me viene a casa todo sofocado, y lanza un “¡que me dicen en la oficina que en el blog has contado que estás insatisfecha de tu vida sexual conmigo!”. Y yo tengo que andar sacando los extintores y apagando incendios conyugales. Y explicándole que el hecho de que yo cuente en el blog que el sexo tántrico es un noble ideal, pero que a veces un pañuelito y unas esposas (no me refiero a otras señoras, hablo de las de metal) no sé yo, pues como que tampoco vienen mal, eso no quiere decir que esté insatisfecha de nuestra vida sexual, y que tampoco lo cuento todo. No lo suficiente, según los diez últimos correos que he recibido.
Por alguna razón que ignoro, a él mis explicaciones no parecen aplacarlo. Y cuanto más intento hacerle entender mi punto de vista, más me hundo. Me lanzo a explicarle cosas como las fantasías de dominación, los jueguecitos de polis y cacos, y que es muy diferente acorralar a tu señora contra un muro que darle un revés con la mano que lleva el anillo de sello y hacer que se le salten dos molares, y en lugar de mirarme con intención lúbrica y lasciva, se queda horrorizado. Mi quebequés de marido es lo que tiene, que es muy literal. A ver, que tampoco es que yo vaya por ahí gritando "¡Mon amour, hazme daño!", pero jolín, para una vez que una le pide que deje salir el lado ese falócrata que todos lleváis dentro, es que no me reacciona.
Yo lo entiendo, porque él es zen, y ex-hippy (ahora ya no le queda suficiente pelo), y medita, y ha eliminado el apego y desayuna muesli orgánico, y el cuero, las fustas y la lencería de vinilo no forman parte de su vocabulario. Pero es que yo crecí en una época en la que los chicos se pintaban la raya del ojo aún más espesa que las chicas.
En cualquier caso, estoy haciendo lo posible por reformarme y adoptar una nueva filosofía de las relaciones carnales, más humana, menos animal, más en contacto con la naturaleza y las corrientes de energía telúrica que recorren el universo. Mientras me reformo, me las he arreglado para escribir este post en el que apenas hablo de sexo, y en el que ni siquiera doy una receta. Algunos de mis lectores estarán encantados.
Yo lo entiendo, porque él es zen, y ex-hippy (ahora ya no le queda suficiente pelo), y medita, y ha eliminado el apego y desayuna muesli orgánico, y el cuero, las fustas y la lencería de vinilo no forman parte de su vocabulario. Pero es que yo crecí en una época en la que los chicos se pintaban la raya del ojo aún más espesa que las chicas.
En cualquier caso, estoy haciendo lo posible por reformarme y adoptar una nueva filosofía de las relaciones carnales, más humana, menos animal, más en contacto con la naturaleza y las corrientes de energía telúrica que recorren el universo. Mientras me reformo, me las he arreglado para escribir este post en el que apenas hablo de sexo, y en el que ni siquiera doy una receta. Algunos de mis lectores estarán encantados.
Ahora tengo que buscar una recetilla para mi próximo post. Algo con calabacines.
A mí me parece genial tu blog tal como está,y por favor sigue inundándolo todo de referencias al seso, y mandando al carajo a quien no le guste.
ResponderEliminarUn beso
Pues igual es que soy una facilona, o no tengo criterio, o me falta el punto crítico, pero yo me lo paso estupendamente leyendo tu blog. Y no sé, que si alguien escribe un blog es para poner lo que le salga del "candao" (o del "bizcochal"). En fin, al que no le guste que lea otros blogs ¡que anda que no hay! o que escriba uno propio.... a ver si puede escribir para todos los públicos.
ResponderEliminarBesos
¡Me encantan tus posts! Sólo me quejo de una cosa y te pido que escribas más a menudo, por favor.
ResponderEliminarQuien no le parezca bien lo que escribes que no entre, tu no pienses ni en cambiar una coma plis que es una delicia refrescante leerte!!! y viva el seso digo yo!!
ResponderEliminarEstoy con las primeras, tú a lo tuyo y no nos hagas ni caso, que si venimos a leerte es porque nos gusta cómo escribes. Nada de autocensura por favor, como te salga... del seso.
ResponderEliminarUn besuco.
A mí lo que me flipa es que la gente se crea con derecho a decirte cuál es el tono que tienes que darle al blog... quitando a tu madre, claro. Si no les gusta, que no lo lean.
ResponderEliminarJamía, los ex-jipis es lo que tienen, que les pones a hacer jueguecitos en los que les toque ser el poli y les entran sarpullidos y todo. Yo una vez le propuse a un noviete superecologistavegetarianoamalatierraetc un juego con calabacines y algunas otras hortalizas, para ver si eso le animaba, y me miró con tal cara de horror... ains.
ResponderEliminar(Por cierto, palabra de verificación: obesa; no le he partido la cara al verificador porque no se la encuentro)
ResponderEliminarTu sigue así....yo me lo paso pipa leyendo tus entradas.....
ResponderEliminarbesos
Ay, mijita... los problemas de la fama... ¡nunca puedes satisfacer a todos! Me quedo esperando las recetas con calabacines, como de costumbre, jijijiji :)
ResponderEliminarMe encanta tú blog, estoy enganchadisima y como dicen los demás no cambies ni una coma.
ResponderEliminarTodos los días entro en tú blog haber si hay algo nuevo, me parto de risa con tus anecdotas es como si las viera.
Sigue así, por favor!!!
Mira Arantza: yo con tus alusiones al "seso" y tus recetas con lavanda, con picante o con lo que sea me animo que no veas. Además, como estoy de oposiciones, y no duermo y me acabo de tragar la saga crepúsculo(las pelis) en tres días entre unidad didáctica y unidad didáctica,y he recuperaado mis sensaciones adolescentes que estaban apolilladas desde hace (casi)décadas, pues que estoy en una nube.
ResponderEliminarLo cuento aquí porque a mí si que no me lee nadie y nadie me conoce.
Esta genética oculta que hace que nos apetezca un empujón contra la pared y un pañuelito bien atado, pues como que corta un poco cuando lo lee la familia. Sin embargo, qué bien sienta.
Ayuda un montón a recuperar la piel tersa y a que circulen las hormonas a buena velocidad.
Avisé que no duermo y estoy como flotando. Son las opos.
Espero con ansia tu próximo post.
A mi me encanta tu blog, el estilo que tienes es genial, engancha y todo!!... a mi no me parece que hables tanto de sexo (seré una de las que quiere más... jajajaja) tu sigue así mujer que esto no va de que alguien te corte o te diga cómo debes escribir.
ResponderEliminarEstoy con las primeras, tú a lo tuyo y no nos hagas ni caso, que si venimos a leerte es porque nos gusta cómo escribes. Nada de autocensura por favor, como te salga... del seso.
ResponderEliminarUn besuco.
me encanta ese mix de receta, seso, sexo y yo que se más!
ResponderEliminarespero que cuando le hayan explicado a mister lo que escribes hoy, no se vuelva a enfadar!
ja! ja!
de verdad, hace calor, tengo ganas que lleguen las 5 pa irme a mi casa, pero leerte me ha hecho sonreir! quiero más!
besitos
Pero mujer, ¿no pensarás que veníamos a leerte por las recetas? :D
ResponderEliminarPor favor, no cambies tu forma de escribir, que mola mucho.
A caray!! Que sorpresa la ausencia de comida en esta publicación, mmm algo extraño esta pasando aquí...de pronto ocurre nada para escribir y luego no agregas una receta.
ResponderEliminarSiempre he creído que en tu blog hay más seso que sexo o comida, sigue trabajándolo para que podamos disfrutarlo.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Sexo? ¿Aquí hay sexo? ¿Me he perdido algo? (jope, voy a tener que releer)
ResponderEliminarY yo que pensaba que incluías un poco de marcha para contrarrestar todas esas calorías de muffins, pancakes y demás cosas ricas que nos pones, al menos yo me lo he tomado todo muy al pie de la letra y... funciona. Además, coincido con con Ka en su pregunta.
Yo entro poco pero cuando entro... ¡disfruto un montón con lo que haces y cómo lo haces! Ya sé que esto se puede traducir... de aquella manera por los estudiantes de 2º de español esos que mencionas.. pero...¡qué diablos!¡qué vayan aprendiendo cómo se utiliza el lenguaje con doble o triple sentido que le pone un puntito más jugoso a la vida!
ResponderEliminarPor mí no toques nada de nada.. en lo referente al blog, claro... en lo otro.. pues chica qué le vamos a hacer, como decía la madre de una amiga refiriendose al novio de esta: "hija, si todos son tontos, ya lo sabemos pero por lo menos.. este es bueno". Tú tienes un ex-hippy en casa yo un ex-heavy... más o menos todos cojean del mismo pie... o pierna... y que cada uno entienda lo que quiera...
Muchos besitos, guapa.
Pues yo es que tengo poco tiempo para leerte como me gustaría, pero cuando lo hago me quedo enganchadísima como en esta entrada tuya tan sesuda, tan estimulante y tan bien escrita...o sea que por mi, habla de lo que quieras, pero habla, y a tu exhippy, consérvalo bien, que todo tiene su encanto y su qué...hasta la literalidad...que a veces está para comersela, como tus recetas...y ¿buenas vacaciones!
ResponderEliminarjajajajaja! aquí sigo que, como habrás podido imaginar, ando sola en casa más a gusto que una reina mora... primera tarde desde que Lucas tiene vacaciones que me dejan conmigo misma.. ya era hora!
ResponderEliminarEn fin, sexo! es más fácil hablar de sexo que escribir sobre él... je-je... me entra la risilla floja... jajajaja!bueno, ahora no! espera... jajajajaja! cachis! a mi me divierte mucho leer tus post sexualizados porque creo que es el único tema en el que todo el mundo estamos de acuerdo... menos las madres y demás familiares que se le sube el pudor con solo leer un escueto e inocente fregadillo erótico... jajajaja! ves? la risa floja de cuando se habla de sexo :-D
Por cierto, me sumo a la pregunta de Ka (y que conste que en más de una ya he estado aquí copiando ingredientes) pero el día que se te ocurra publicar una recetita sin jugo... madre mía la que se puede montar!
Besos mi heroína ensiropada!
¡Pues te ha quedado una entrada genial!
ResponderEliminarY digo yo... ¿es que la gente no piensa muchas veces lo mismo que tú cuentas?