Bloguera Innoble empaqueta su vida entera en cajas de cartón para la mudanza. Suena el teléfono. Es su amiga Ed.
Ed: -« Hola, mujer, ¿cómo estás? »
Bloguera Innoble: -« Buf. » Se deja caer en el suelo. -« Hecha polvo. Llevamos dos semanas empaquetando todo en cajas y ni siquiera hemos hecho la mitad de todo lo que tenemos que hacer. Es increíble la de porquería que se acumula en trece años. Nos mudamos a principios de junio y nunca estaremos listos a tiempo. »
Ed: -« Ese ruido... ¿te has caído? »
Bloguera Innoble: -« No. Me he desplomado debajo de la mesa del comedor. Voluntariamente. Estaba empaquetando vajilla. Creo que nunca más compraré un plato en mi vida. Ni vasos. Ni tazas. Ni ropa. Si te propongo ir de compras, pégame hasta que se me pasen las ganas. »
Ed: -« Jijiji. Veo que tú también estás eliminando el apego.»
Bloguera Innoble: -« No me hables de eliminar el apego. Su Zenitud no para de sermonearme sobre la eliminación del apego. Mi apego a los zapatos y a los trapitos parece irritarle, particularmente cuando le toca cargar cajas llenas al sótano. "Trabaja el apego", dice. "Trabaja y cállate", le gruño. Si seguimos así, cuando terminemos la mudanza uno de los dos va a tener que mudarse de nuevo. »
Ed: -« Mujer, tampoco será para tanto. Imagino que como Monsieur M. es tan zen, tan desapegado, tan sobrio---»
Bloguera Innoble la interrumpe: -« ¡Ja! ¡Y un rábano! Monsieur M. gruñe cuando le toca arrastrar mis treinta cajas de libros, pero no dice nada de todas sus herramientas de ebanistería, sus cuarenta docenas de gubias, sus cien modelos de sierras, su montaña de tablas, bloques de madera y otros "materiales potenciales". Él también tiene sus apegos, guapa. Y sus apegos ocupan incluso más que los míos.»
Ed: -« Uhm, ya, pero treinta cajas de libros... wow.»
Bloguera Innoble, incómoda: -« Material para traducir. Y para dar clases. Ya sabes. Diccionarios. El de la Real Academia, el Panhispánico de dudas, el María Moliner. El Petit Robert. El Larousse. El "Diccionario de tacos, palabrotas, juramentos y vocablos soeces en francés quebequés barriobajero". »
Ed, prudente: -« Claro. »
Bloguera Innoble prosigue, lanzada: -« El "Multidictionnaire de la langue française", de Villers. Manuales de tipografía. "Tipografía del castellano". "Tipografía y cocina macrobiótica". Y gramáticas. Muchas gramáticas. La "Gramática didáctica de la lengua española". "Gramática sádica de ELE". Y libros de pedagogía: "Cómo estimular la producción oral en clase de español lengua extranjera: cuarenta temas absurdos de conversación". "Fonética y electroshock: cómo evitar la fosilización de errores". »
Ed, comprensiva: -« Ya veo. Todo muy necesario.»
Bloguera Innoble: -« Bueno, alguna novela ya hay, claro. Ajem. No todo va a ser trabajar. »
Ed, amable, con un punto de ironía: -« Todo clásicos de la literatura, conociéndote...»
Bloguera Innoble, aún tumbada en el suelo bajo la mesa, juega con un pedazo de plástico de burbujas para embalar: -« Euh, también hay bazofia, para qué engañarte. Yo que pasé la veintena leyendo clásicos del diecinueve y viendo películas de Bergman, ahora me doy cuenta de que mi biblioteca se compone principalmente de novelas policiacas, libros de cocina y literatura juvenil cutre en inglés. Y mi videoteca es deprimente: algo de Woody Allen, sí, algo de Hitchcock, pero el resto... todas las temporadas de "True Blood" y las pelis de Harry Potter. Qué mala es la edad, Ed. No sólo se ablandan los glúteos, el cerebro también se reblandece.»
Ed, siempre fiel: -« Nonono. Eso es mantenerse al día, joven, siempre al tanto de lo que ocurre en la cultura popular. »
Bloguera Innoble, escéptica: -« Eso es degeneración neuronal. Mudarse es terrible. Es como al morir, tu vida pasa delante de tus ojos metida en cajas. Es un cochino examen de conciencia empaquetado en cartón. Por cierto, tengo dos libros tuyos. »
Ed: -« Yo también tengo un libro tuyo. »
Bloguera Innoble: -« ¿Ah, sí? No me acordaba. ¿Cuál? »
Ed: -« "Tener o ser", de Fromm. »
Bloguera Innoble: -« Nos ha jodido. » « En serio, Ed, estoy agotada. »
Ed: -« Piensa en el campo. Beatus ille, y todo eso. En despertarte con el canto de los pájaros en Muffin Manor, rodeada de liebres y cervatillos. Rollo Blancanieves. »
Bloguera Innoble: -« Eso espero. Porque si después de todo este trabajo resulta ser rollo "Deliverance", me pego un tiro. Y Monsieur M. ya ha cambiado el coche por un pickup. Te apuesto algo a que en seis meses ya sólo escucho country. »
Ed: -« Siempre puedes ver lo de la mudanza como una forma de empezar de nuevo. Deshacerte de lo superfluo. Aprender de tus errores y hacer propósito de enmienda. »
Bloguera Innoble, más animada: -«¡Ya lo creo! Oye, ¿qué haces mañana después del curro? »
Ed: -« Pues estoy libre. ¿Qué sugieres? »
Bloguera Innoble: -« ¿Vamos de compras? »
ufff.....solo pensar en una mudanza me estreso pero, hay cambios siempre van acompañados de ilusión, y eso vale tanto como estar al día en la cultura popular
ResponderEliminarArantza yo también estoy de mudanza y preparando boda y con el trabajo que no veas lo "joio" que esta por aquí y....en fin que muchos ánimos y si es para estar mejor pues ánimos que ya queda menos....un besote
ResponderEliminarA este reblandecimiento del cerebro se le denomina «síndrome de Joselito»… Y ya estoy pidiendo por préstamo interbibliotecario la imprescindible referencia Tipografía y cocina macrobiótica, ¡cómo podía vivir yo sin él!
ResponderEliminar¡No olvides a la marmota!
ResponderEliminarClaro, esa es la actitud! Yo en mi última mudanza cuando me agobiaba me iba a engrosar la vajilla. Muy productivo oye :P Ánimo!
ResponderEliminarJa,ja,ja. Yo tengo la solución a la vajilla. La madre de una amiga (por cierto, francesa, aunque no se influye,je,je) Cuando fué a cambiar de casa y estaba la vajilla entre sus manos... la soltó y dijo: Nunca me gustó mucho.
ResponderEliminarAsí que como solución de emergencia para volver a las tiendas...no es mala.
Ya pronto, ya pronto ;-)
ResponderEliminarEd