En Quebec, un petit suisse no tiene nada que ver con queso fresco. A nadie se le ocurriría comerse un suisse a cucharadas. Estos simpáticos y diminutos roedores (foto, arriba) fueron uno de los primeros contactos con la fauna local que tuve al llegar a Quebec, en mi primera acampada. Para alguien como yo, que viene de una ciudad con la mayor densidad de población por metro cuadrado del País Vasco (y cuando uno intenta dormir en una noche de verano, da la impresión que es la misma que la de Tokio), estas ardillas diminutas e hiperactivas son de lo más salvaje. Mi segundo contacto con la fauna salvaje local fue cuando conseguí un puesto de profesora en una escuela secundaria. Pero ésa es otra historia, y será contada en otra ocasión.
Como soy de lo más cíclica, siempre me pasa lo mismo en esta época del año: a mediados de febrero empieza a cansarme salir a la calle y encontrarme este eterno congelador que es el invierno quebequés. Empiezo a soñar con vegetación (la que sea, con tal de que sea verde y esté viva, las acelgas de la cena no cuentan), con sitios cálidos como la Toscana, la Provenza, Creta, Carolina del Sur, Louisiana, hasta la Rioja me hace suspirar :-).
INGREDIENTES (Para 5 tartaletas) :
(Receta de Pecan Tassies, de Martha, cantidades ligeramente modificadas, porque siguiendo las suyas da un relleno muy escaso. También he cambiado un poco la cantidad de mantequilla y el tiempo de horneado.)
Para la masa:
- 1/2 taza de nueces de Pecán peladas
- 1/2 taza de queso mascarpone
- 4 cucharadas soperas de mantequilla a temperatura ambiente
- 3/4 de taza de harina
- una pizca de sal (la pizca es una unidad de medida universal, por si no lo sabíais)
Para el relleno:
- 2 huevos
- 1/2 de taza de azúcar moreno
- 4 cucharadas soperas de sirope de arce (o miel, si no lo encontráis)
- 4 cucharadas de té de extracto de vainilla
- 1 cucharada sopera de mantequilla, a temperatura ambiente
- 1 cucharada sopera de mascarpone
- dos pizcas de sal
- 1 taza y 1/2 de nueces de Pecán peladas
ELABORACIÓN:
Precalentar el horno a 180 grados. Preparar la masa: Tostar las nueces de Pecán en una sartén, vigilando para que no se quemen. Molerlas finas en el robot de cocina (o en un molinillo de café). Deberíais obtener 1/2 taza de nueces molidas. En un bol aparte, mezclar juntos el mascarpone y la mantequilla. Añadir la harina, las nueces molidas y la sal. Incorporar bien hasta formar una masa homogénea.
Separar bolas de masa de la talla de una mandarina pequeña, ponerlas en los moldes de las tartaletas y presionarlas y extenderlas con los dedos hasta que cubran cada molde.
Batir el azúcar moreno con la sal, la mantequilla y el mascarpone. Añadir los huevos, el sirope de arce (o la miel) y la vainilla. Tostar ligeramente las nueces en una sartén hasta que suelten su aroma, y mezclar brevemente al final. Rellenar cada tartaleta.
Hornear hasta que la masa se dore y que el centro haya cuajado (comprobar con un palillo), entre 35 y 40 minutos, depende del tamaño de vuestros moldes. Barnizar en caliente con una brocha untada en un poco de sirope de arce cuando las saquéis del horno. Esperar a que se enfríen antes de desmoldar.
Estas tartas son sabrosas y densas, debido a la cantidad de nueces que llevan. Lo que más me ha gustado de la receta es la masa quebrada con nueces molidas y queso, facilísima y con un resultado tostado, hojaldrado y generoso en sabor.
Para acompañar estas tartaletas, os sugiero la última novela de Pat Conroy: "South of Broad" (he intentado buscar el título de la traducción española, sin éxito). Este escritor, erróneamente catalogado al principio de su carrera como un productor de bestsellers, se convertirá en breve en el nuevo clásico literario sureño.
Si bien este libro tiene algún problemilla con el ritmo con el que dosifica la acción (nada lo suficientemente grave como para estropear el placer de leerlo), sus descripciones están hechas en una lengua evocadora que deslumbra por su belleza, y sus diálogos rezuman ingenio y fina ironía. Hay quien lo detesta precisamente por eso, porque es un artesano de la palabra que describe a la antigua, y porque generalmente en sus historias el amor por la familia, los amigos, la pareja, termina por redimir de todos los demonios interiores. Un autor que cuenta siempre la misma historia, y cada vez que lo hace consigue cautivarme.
"Demasiados buenos sentimientos", opinó una vez un conocido, rebosante de cinismo. Para mí eso es el equivalente a "demasiados postres". Algo imposible.
Y tartaletas de ardilla no hay, ¿no? Digo, por optimizar recursos. Aunque supongo que no podrían competir con las de nuez de Pecán, claro.
ResponderEliminarBesos, madame.
Aun estoy con las digestive...y el pan de pita, pero si encuentro esas nueces...tratare de hacerla. bicos
ResponderEliminarSolo he visto las fotos (luego leo y comento bien), pero me he acordado de un capítulo de la serie True Blood donde Sookie come una tarta igualica que esta (pero sin base). Y la verdad, es que me apeteció!
ResponderEliminarMuxus
Sara
No sé si me gusta más la tarta, la explicación o tus lecturas...
ResponderEliminarhummm...las nueces de pecán son así de gigantescas?? creo que en mi cabeza las confundo con las de Macadamia...
ResponderEliminarHala, otra receta "acalórica", voy a terminar odiándola, querida, que lo sepa.
ResponderEliminarJobaaaaaa....que yo quiero comer mucha fruta y verdura y tener cuerpo de silfide (que nunca he visto ninguna pero deben estar re-buenas las cabr...ejem...) y mi fuerza de voluntad ehhh...hummm....ay! no! que no tengo!!!
ResponderEliminarComo tenga que comprar dos billetes de avión por gorda para ir a darte dos collejas ya veras!!!
Besazo
Maite
Lupe: justamente, los primeros colonos franceses tuvieron la misma idea: el estofado de ardilla forma parte de esos platos autóctonos. Pero yo no me atrevería con estas ardillas urbanas, vete a saber lo que comen...
ResponderEliminarAn: siempre puedes hacerlas con las nueces más conocidas, estoy segura de que estarán buenas.
Sara: claro, True Blood está situada en Louisiana, y esta tarta es muy típica de la cocina del sur, por eso representaba tan bien "la comida de la abuelita"... aunque creo recordar que la tarta que se zampa Sookie en esa escena tan triste sí que tenía base, la base típica de la versión americana, muy finita. La mía es una adaptación, más gordita y visible. Pero sumamente rica.
Los viajes que no hice: gracias por hacer aprecio a todos mis esfuerzos.
Jelen: no son tan gigantescas, en realidad sólo son un poco más grandes que las de California. Las de Macadamia son redondas, se parecen un poco a las avellanas (en la forma, no en el sabor.
Ginebra y Maite: aah, Gin, Maite, no me vengáis con lo de las calorías, mujeres. Yo me lo planteo así: si como algo muy calórico, tiene que cumplir estor requisitos: a) ser delicioso (este postre cumple ese requisito), ya que como algo muy engordante, al menos engordar con buena cocina, y no con Phosquitos; y b) ser nutricionalmente interesante (estas tartaletas lo son, llevan muchas nueces). Si la receta ofrece buen rendimiento calidad-nutrición-sabor, que les den a las calorías. Ya correré un cuarto de hora más en el gimnasio.
Quizas pruebe, quizas pruebe, si la ardilla (si, solo una) me deja este año alguna nuez. Saúdos e apertas
ResponderEliminareste postre pecan pie siempre lo comia aqui en usa pero no me atrevia ha hacerlo asi que en estas navidades pasadas pues la verdad lo hice por primera vez y quedó delicioso.
ResponderEliminarSaludos y felicidades por tu nueva mudanza.
Olguis.