martes, 26 de octubre de 2010

Cadáveres, cakes de calabaza y otras macabras calamidades: una historia por entregas (parte 1).

Estoy de pie en medio de la habitación, parada en seco, la mano en la que llevaba un libro aún en alto. Miro la expresión de la figura sentada en el sillón, también inmóvil, un libro abierto y caído en el regazo, los ojos fijos en el vacío, la boca ligeramente entreabierta, la vivacidad que la anima normalmente completamente desaparecida. Incrédula, me acerco un par de pasos y me detengo de nuevo. Ésta es la segunda persona muerta que veo en menos de un mes. La tranquilidad del campo, pensé al llegar a esta casa.

Después de un largo momento de helador entumecimiento, consigo salir de mi parálisis inicial. Mi cerebro se lanza entonces a la búsqueda de respuestas en una carrera febril y bastante incoherente: ¿Quétengoquehacerquétengoquehacerquétengoquehacer? La primera respuesta que me viene a la mente después de todo lo que he visto en los últimos días es: « Llamar a la policía ». Me obligo a mirar de nuevo el cadáver (¿de verdad es un cadáver?), y no veo rastro de violencia. ¿Ataque al corazón? Me dirijo lentamente -o ésa es la impresión que tengo- al enorme escritorio de caoba. Los pies parecen pesarme toneladas.  He debido de tomar una decisión, porque llamo a una ambulancia. Mientras espero a que descuelguen al otro lado de la línea, una parte de mi consciencia registra, de forma bastante absurda, que encima de la mesa están los restos de un té de media tarde, acompañado de uno de los cakes de calabaza que traje al llegar, del que aún queda un pedazo. Por favor, que no haya sido yo la culpable, me digo, considerando lo ridículo que sería el matar a alguien con un pastel. ¿Alergia?

Después de una somera descripción de lo que veo y de balbucear la dirección sintiendo gratitud por no tener que acordarme del número (ventajas de las regiones rurales: Sussman House, Hill Road, en Ayer's Cliff), cuelgo, me acerco al cuerpo y lo examino. Un ligerísimo movimiento del torso me impulsa a colocarle el libro al que me he aferrado durante la llamada telefónica y que aún llevo en la mano debajo de las fosas nasales (es lo primero que se me ocurre, probablemente lo he leído en alguna parte). El plástico que cubre las tapas del libro se empaña de forma casi imperceptible: parece que después de todo éste no es el segundo cadáver que veo este mes. Un sollozo de alivio me sube bruscamente a la garganta, pillándome por sorpresa. Me obligo a respirar hondo, sin mucho éxito, porque los sollozos (ahora estoy llorando a sacudidas, hipando como si tuviera cuatro años) me cortan la respiración. Intento repasar mentalmente mis muy primarias nociones de primeros auxilios mientras me limpio con la manga las lágrimas que me nublan la vista y la nariz que me gotea. Con dedos temblorosos desabotono el cuello de la camisa y le aflojo el nudo de la corbata. Busco el pulso en el cuello. No lo encuentro, pero puede que sea porque estoy demasiado nerviosa para sentirlo. O porque no tengo muy claro dónde demonios está la carótida. Sí que noto pulsaciones, pero muy probablemente son las mías, el corazón me bate como si fuera a salírseme por la boca. Pego la oreja a su pecho. Creo oír algo. « Respira ». Me digo. « Puede esperar al servicio de urgencias ». «Tranquila ». « Calmacalmacalma », salmodio.

Me dejo caer en la alfombra, cerca de sus pies, suelto el libro y tomo una mano inerte y fría entre las mías mientras espero a la ambulancia.
(Continuará)

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CAKES DE CALABAZA

INGREDIENTES:
  • 2 tazas y 1/2 de harina integral
  • 1/4 de taza de semillas de linaza molidas
  • 1/4 de taza de germen de trigo (si no tenéis linaza o germen de trigo, utilizar 1/2 taza más de harina integral)
  • 2 cucharadas de té de levadura en polvo (tipo Royal)
  • 2 cucharadas de té de bicarbonato
  • 3/4 de taza de aceite de canola (o girasol, o de oliva)
  • 4 huevos
  • 3 tazas de puré de calabaza* (elaboración descrita en la receta)
  • 1/2 taza de nueces de pecán picadas
  • 1/2 taza de nueces de California picadas (o 1 taza del mismo tipo de nueces)
  • 3/4 de taza de azúcar
  • 2 cucharadas y 1/2 de té de canela
  • 1 cucharada y 1/2 de té de jengibre
  • 1 cucharada de café de nuez moscada
  • 1/4 de cucharada de té de clavo
  • 1/4 de cucharada de té de pimienta de Jamaica o allspice. Si no conseguís encontrarla, 1/8 de cucharada de té de pimienta blanca puede sustituirla.
  • 1 pizca de sal

ELABORACIÓN:

Comenzar por el puré de calabaza*. Precalentar el horno a 190°C. Cortar en dos una calabaza pequeña, retirar las semillas y ponerla en una fuente previamente aceitada, la parte cóncava hacia abajo. Cubrir con papel de aluminio y hornear hasta que podáis atravesarla con un tenedor (entre 45 minutos y una hora, depende del tamaño y de la variedad de calabaza que utilicéis).

Una vez la calabaza hecha, retirar la pulpa con una cuchara y pasar por la batidora hasta obtener un puré liso y cremoso. Reservar. Dejar el horno encendido a 180°C.

En un bol o ensaladera grande, mezclar los ingredientes secos: la harina integral, las semillas de linaza molidas, el germen de trigo, la levadura en polvo, el bicarbonato, la sal y las especias: canela, jengibre, nuez moscada, clavo y pimienta de Jamaica.

En otro bol, batir los huevos, el azúcar, el aceite y el puré de calabaza hasta que estén bien mezclados. Añadir (en varias veces) los ingredientes secos a esta mezcla e incorporarlos bien. Incorporar las nueces picadas (si se desea, reservar un puñado y espolvorearlas por encima de los moldes una vez llenos).

Verter la masa en el molde (o moldes individuales) previamente aceitado. Hornear unos 30-35 minutos para moldes individuales como los míos, o unos 45-50 minutos para un molde grande de cake. El pastel estará hecho cuando lo pinchéis en el centro con un palillo y éste salga limpio. Dejarlo enfriar unos diez minutos en el molde, y desmoldar cuando aún esté tibio.

Una vez frío, podéis decorarlo con un glaseado de queso y miel Acompaña perfectamente a una taza de té y una novela de misterio.

12 comentarios:

  1. que genial , que suerte tienen los tuyos que pueden disfrutar de estos momentos y dulces tan especiales

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  2. Ainssss queremos la segunda parte¡ Una excelente receta fotos y seguro que muy muy ricas, besos, Teresa

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  3. Tres en uno: relato de novela negra, deliciosa receta y estupendas fotos¡!

    Besos

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  4. Uffff!... aún tengo la congoja a la altura del píloro y poco a poco siento como mis epitelios vuelven a relajarse... vaya susto! pero.. ¿quién nos ha dado este susto tan gordo? y ¿el libro? ¿autor? ¿título? ¿es una primera edición? ¿de bolsillo? ... espera! Ay, madre! mis epitelios vuelven a erizarse... creo que no tengo ni un solo libro con tapas de plástico!!!! ok, keine panik! aún estoy a tiempo de salir a comprar un pliego de forro y de paso tiritas que se nos han acabado...

    1 bs

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  5. Sííí, ¡los cantones del Este! Además mejor que Louise Penny que no lleva receta, ñam ;-)

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  6. mmmh que delicia !! Te invito a participar en mi sorteo de Handmade Trends !

    http://handmadetrends.blogspot.com/2010/10/subscribe-to-our-newsletter.html

    Besos ^^

    Diana

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  7. QUÉ RICOS!!!!!!!! Tengo demasiadas recetas tuyas pendientes, qué barbaridad!!!! Me encanta esta época, los dulces con calabaza son geniales!

    Y algo de miedo, MIEDO, para esta época... Genial! Un beso!

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  8. Muy buena la historia pero muy corta!
    Esperando la segunda parte me hayo, cuantas van a ser? periodicidad de su publicacion?

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  9. Ah, qué suspense, madame.
    Y qué maravilla de queques, por amor de Alá. Casi puedo olerlos desde aquí.

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  10. AAAAhhh me has dejado con la intriga...vaya relato mas guapo, me encantan las novelas policiacas...oye a ver si vas formar parte del grupo de....Henning Mankell, Camila Läcberg...y muchos mas...geniales...ya espero la continuación. Y mientras espero me voy a comer unos cakes de calabaza que tienen que estar de muerte...je je.
    La calabaza me gusta de todas formas y te aseguro que estos los haré.
    un besote

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  11. Me encanta este molde!!!!!!! quedan unas calabazas preciosas!
    Que historia.... queremos más! que llegue pronto la segunda entrega!!
    Muchos Besos

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  12. Su: gracias, Hombre, no sé si los míos disfrutan de que yo ande encontrando a gente con pinta de estar muerta, pero imagino que los bizcochos sí que les gustan... :-D

    Tere: gracias, guapa. Las fotos no las he probado, pero los cakes estaban muy buenos, sí :-).

    Susana: claro, ésa es la idea. ¿Quién da más por tan poco, eh? :-)

    Mai: lo de las tiritas siempre es buena idea, especialmente si cocinas (que sean de Spiderman, por favor). Lo del forro de plástico no es necesario. Con un espejito de mano, de ésos que se llevan en el bolso, se puede comprobar muy bien si alguien respira. Aunque te deseo que nunca tengas que hacerlo :-).Y no te me acongojes, que ésto es ficción.

    Noema: ya me gustaría a mí que fuera mejor (o con llegar al mismo nivel, ya me daría por satisfecha) que Louise Penny. Pero se agradecen los ánimos.

    Dicope: gracias, por, la, ehr, soterrada publicidad que me metes por la patilla en el comentario. No soy muy de suscribirme a newsletters, me irrita recibirlas. Gracias de todas maneras.

    Lucía: bueno, dar miedo, lo que se dice miedo, no creo. Pero espero que al menos haya un poco de suspense en esto que estoy publicando.

    Sergio: ay, Sergio, no me comprometo a nada, que yo no vivo de esto. Mi intención es una vez por semana, pero habrá semanas en las que seguramente no podré publicar. Y no tengo ni idea de cuánto va a durar. De hecho, no tengo ni idea de lo que va a pasar la semana próxima :-). Ya ves, qué intriga para mí también :-D.

    Lupe: señora, yo creo que estos queques son adaptables para diabéticos. Lo del suspense, lo intento, ésto lo escribo sobre todo para aprender a crearlo. Con mayor o menor éxito, me temo. Y ustedes son mis cobayas.

    Núria: ya me gustaría entrar a formar parte del club de los que viven del crimen... ficticio, por supuesto. Pues eso, que estás leyendo un entrenamiento. A ver qué resulta.


    Ingrid: sí, justamente fotografié los moldes porque en cuanto los vi se me encapricharon en el acto...

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